Como hemos visto muy brevemente en la subunidad anterior, la toma de perspectiva o empatía cognitiva se refiere a ponerse en el lugar de los demás.

Sin embargo, la empatía cognitiva no incluye sentir lo que sienten otras personas. Se trata más de comprender su posición cognitiva. La empatía cognitiva expande nuestra imaginación social más allá de nuestra propia experiencia directa. Es lo que nos da la voluntad y las herramientas para ser agentes de cambio eficaces.

La empatía cognitiva es básicamente ser capaz de ponerse en el lugar de otra persona y ver su perspectiva.

Algunos aspectos importantes para recordar relacionados con la toma de perspectiva:

• Considere las experiencias y puntos de vista de los demás.
• Mejore su capacidad para comprender, empatizar, conectarse y comunicarse
• Sea un defensor más eficaz de los demás

Recuerde que aunque se nos presente el mismo escenario, imagen o situación, podríamos ver las cosas de manera diferente. No hay una respuesta correcta o incorrecta, ya que muchos aspectos de la vida influyen en nuestra perspectiva, tales como: nuestras experiencias, nuestros valores, rasgos de personalidad, información disponible, prejuicios personales y más.

La toma de perspectiva es una habilidad útil, especialmente en las negociaciones, por ejemplo, o para los gerentes. Les permite ponerse en el lugar de otra persona, pero sin comprometerse necesariamente con sus emociones.

El lado oscuro de la empatía cognitiva

Es posible mostrar empatía cognitiva sin tener ningún sentimiento de compañerismo o simpatía por ella. Es justo decir que la mayoría de nosotros entendería que este sentimiento de compañerismo es una parte clave del empeño.