Antes de analizar la proactividad en lo que respecta al liderazgo, primero veamos cómo es la proactividad o una persona proactiva. Según el businessdictionary.com, la proactividad es – “Comportamiento orientado a la acción y a los resultados”, en lugar del que espera que sucedan las cosas y luego trata de adaptarse (reaccionar) a ellas.

¿Has escuchado la historia de la hormiga y el saltamontes? Expliquemos la importancia del comportamiento proactivo usando esta historia. Después de leer la historia, hágase la pregunta: “¿Eres una hormiga o un saltamontes?”

Había una vez un saltamontes que amaba la vida. Pasaba su tiempo holgazaneando al sol, comiendo cuando quería, durmiendo cuando quería, en general, divirtiéndose todo el tiempo. Vivía como si no le importara nada en el mundo.

Un día, mientras tomaba el sol, vio una hormiga empujando una miga de pan por el suelo. El saltamontes preguntó: “¡Oye hermano! ¿Qué estás haciendo?” La hormiga respondió: “Estoy recolectando comida para el invierno mientras el clima aún es cálido. Una vez que llegue el invierno, me quedaré en casa y solo comeré de mi reserva de alimentos”.

El saltamontes se burló de la aburrida vida de la hormiga y siguió tomando el sol diciendo: “Hay tiempo suficiente para un trabajo tan aburrido. Deberías tomarte el tiempo para divertirte como yo”. Pronto pasó el verano y comenzó a llegar el invierno.

A medida que el clima se volvió más frío, se hizo más difícil para el saltamontes salir. Sin embargo, pronto comenzó a sentir hambre. Decidió desafiar el clima y buscar algo de comida.

Cuando salió, todo estaba cubierto de nieve y no pudo encontrar nada para comer. Continuó buscando comida todos los días. No encontró nada. Finalmente, se debilitó y murió de hambre.

¿Cuál de los dos fue proactivo? La hormiga, por supuesto.

¿Cuáles son las características de la proactividad presentes en la hormiga?

• Se conocía a sí mismo, sus potencialidades y fortalezas: que era diminuto; que con la ayuda de sus compañeros de equipo, no había nada que no pudiera lograr, no importaba cuán grande fuera el bocado de comida.
• Sabía el evento que se avecinaba: el invierno y su severidad.
• Conocía los recursos a su disposición: sus compañeros de equipo y el tiempo disponible para él en el verano.

El comportamiento proactivo tiene como objetivo la identificación y explotación de oportunidades y la adopción de medidas preliminares contra posibles problemas y amenazas, mientras que el comportamiento reactivo se centra en resolver un problema después de que ocurre.

La misma actitud debe aplicarse también en la posición de líder. Esto significa que debes pensar por delante de tus seguidores y facilitarles las cosas. En este caso, uno puede prever a dónde puede conducir su comportamiento o el de los miembros de su equipo y estos líderes intentan superar las situaciones desagradables y resolver los problemas antes de que realmente puedan tener su efecto, en lugar de esperar hasta que el “volcán haga erupción” y sea demasiado tarde.